sábado, 23 de mayo de 2009

Reseña 3
"POR UNA DIDÁCTICA MÍNIMA. GUÍA PARA FACILITADORE INSTRUCTORES, ORIENTADORES Y DOCENTES INNOVADORES"

La Didáctica en el proceso de Enseñanza y Aprendizaje.

Está escrito desde una perspectiva eminentemente pedagógica y pensado para todos los educadores que han asumido la responsabilidad de formar, porque a mayor calidad educativa, las personas actuarán con mayor entrega y generosidad hacia el mundo que las rodea y del que forman parte activa.

Todo educador requiere de una didáctica mínima en los ámbitos escolar, empresarial o comunitario en los que trabaje, porque “la didáctica, además de ser una disciplina pedagógica cuyo objeto de estudio es el proceso de enseñanza y aprendizaje” se constituye también en una herramienta capaz de ser instrumentalizada por el pedagogo y otros formadores profesionales para ponerla al servicio de la educación.

Para alcanzar este fin el autor dedica un capítulo breve a cada elemento didáctico: actores de la enseñanza, objetivos educativos, contenidos educativos, metodología, recursos didácticos, tiempo didáctico y espacio educativo. Asigna dos capítulos a las fases o momentos didácticos —diagnóstico, planificación, ejecución, evaluación, reorganización y seguimiento— con el objeto de reconocer lo tradicional desde nuevos puntos de vista, rescatando lo más valioso de cada aspecto, conforme se describe a continuación.

En el primer capítulo: “Formadores del siglo XXI: hacia una didáctica mínima”, el autor señala la urgencia de “propiciar un despertar del sentido didáctico que, mediante las pautas ofrecidas por una didáctica mínima, facilite una profesionalización de las labores docentes en todos los niveles y grados de nuestro sistema educativo”. Es decir, los que se precian de ser formadores, sólo lo serán plenamente si su actuar “está informado, ordenado y constituido distintivamente por una pedagogía y una didáctica nuevas, de críticas raíces filosóficas y científicas”

Sin embargo, la vocación nunca dejará de ser necesaria para cumplir con eficacia y eficiencia la labor de formadores, pues el contexto actual demanda reflexión, prácticas distintas respecto del sentido didáctico, docentes con preparación, capacidad de planificación y sensibilización para el cambio, optimismo para cumplir con la función de educar, creatividad y habilidad crítica, confianza en la capacidad de los educandos, deseo de aprender y conocimientos básicos sobre el uso de nuevas tecnologías.

Un panorama educativo diametralmente opuesto a lo que estamos acostumbrados tras siglos de escuela tradicional plantea “el surgimiento de un nuevo hombre y una nueva mujer, una sociedad sin fronteras, abierta al cambio, una franca armonía con el ambiente físico natural, sin discriminaciones de ningún tipo, tolerante y respetuosa de las creencias de cada quien, sin hambre, sin odio, en paz”. Para ello se requiere despertar la creatividad en un clima de libertad y democracia, con una visión crítica de los fenómenos pedagógicos.

A la pedagogía cuyo fin primordial es estudiar al proceso educativo en forma sistematizada, y dada la naturaleza de su campo le interesa conocer, pero también actuar, porque “la pedagogía es un saber más amplio que la didáctica, es más que una ciencia; es un complejo de saberes de distinta índole unidos en torno a la educación, ya sea que se trate de conocimientos teóricos o de habilidades prácticas.

La didáctica, en tanto disciplina pedagógica, participa de este carácter complejo, a la vez plural y unitario, que es saber desinteresado pero también conocimiento práctico; es siempre un medio, no un fin, en espera de ser redescubierto, y en ocasiones incluso reinventado”.

“La pedagogía vista como un campo de encuentro entre todo tipo de conocimientos educacionales, generados en espacios y tiempos diversos, es a la vez posicionamiento teórico y práctico, filosofía y técnica, ciencia y tecnología, ética y política, propuesta y crítica, estética y funcionalidad”.

Es necesario articular el conjunto de saberes educacionales para conformar una pedagogía y didáctica unificadas. Para ello el autor propone “una enseñanza libre, democrática, crítica, creativa y emprendedora que sirva de antídoto contra el autoritarismo y el dogmatismo que generan individuos dóciles, pasivos, conformistas, manipulables e intolerantes”.

Es decir, enseñar no es simplemente transmitir conocimientos, y aprender no es reproducirlos. El elemento central está en la relación entre los actores de estos procesos de enseñanza y aprendizaje, en lo que ambos consiguen alcanzar juntos, pues el conocimiento se construye y reconstruye socialmente, transformando la manera de ver el mundo y de actuar en el mismo.

“El propósito de enseñar y aprender es sentido de una didáctica mínima”, pues “el aprendizaje es un proceso que implica la continua construcción y reconstrucción de los conocimientos e involucra al tipo de interacción del organismo con el medio físico y social”.

La enseñanza exige un clima adecuado para el ejercicio de la creatividad, así como la planificación de sus elementos esenciales, con vistas a determinados resultados deseables que pueden ser alcanzados por medio de un programa educativo elaborado adecuadamente, pero también debe preocuparse por el educador y el educando, quienes tienen sus propios propósitos.

Enseñar siempre implica aprender: la dinámica del dar y recibir en el aula, pues la mejor forma de aprender es enseñar. Por esto, en el momento de la planificación didáctica el profesor debe hacer la selección de contenidos y realizar la organización lógica y psicológica de los mismos. “Estas fases o etapas aparecen perfectamente diagramadas en los llamados modelos de sistematización del proceso de enseñanza-aprendizaje” .

Un docente profesional necesita adquirir una didáctica mínima porque “los métodos, técnicas y procedimientos propios del enseñar y el aprender constituyen los medios idóneos para cumplir con la vocación del formador”, y debe “conocerlos, practicarlos y aplicarlos adecuadamente en cada situación, construyendo su propia didáctica”.

En conclusión mas que nada se tiene que tener una gran vocación para lograr con eficacia esta hermosa labor , aunado a una preparación continua ya que el docente nunca deja de prepararse siendo que los alumnos así lo van demandando. Lograr una pedagógica y didáctica unificada obtendremos alumnos libres, democráticos, críticos analíticos y reflexivos. Los profesores que inician la carrera magisterial encontraran en la didáctica, una fuente de ayuda para planear los contenidos y estrategias de enseñanza y aprendizaje, así como para definir las necesidades y fortalezas de sus alumnos a partir de un diagnostico inicial, establecer criterios de evaluación y determinar las necesidades personales y grupales de sus educandos. A los docentes con varios años de experiencia frente a grupo, una didáctica, les ayudara a revisar y repensar su practica, prepararse para los cambios que el momentos actual exige.


Referencias Bibliográficas:
Celina Imaculada Girardi 2008 Reseña de “Por una didáctica mínima. Guía para facilitadores, Instructores, Orientadores y Docentes Innovadores” Intercontinental de Psicología y Educación 10 1 173-189.

2 comentarios:

  1. En la forma en la que los docentes imparten la clase deja de manifiesto su preparación pedagógica, ya que las técnicas que el maestro utiliza para que el aprendizaje impartido sea de calidad, son las que lo clasifican como apto para el trabajo que ejerce.

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  2. Todo docente debe tener una continua preparación con el fin de adquirir nuevas estrategias e implementarlas. Es cierto que la practica hace al maestro y que con forme uno va avanzando va aprendiendo, pero al aprender y dialogar con otras personas uno puede aprender nuevas estrategias y hasta mejorarlas.

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